Dar por sentado el poder de la simplicidad y lo cotidiano es ignorar la grandeza y el valor de las cosas. Oscar Wilde decía que la moda es la que hace posible que lo fantástico se convierta en cotidiano, pero para mí lo cotidiano se vuelve algo fantástico cuando la creatividad y el estilo se combinan. Pocos son los que logran crear obras maestras a partir de lo cotidiano, pocos son los que se atreven a dejar volar su creatividad y Nathaly Duran es una de esas personas que en algo tan cotidiano como el papel, logró crear piezas fantásticas que resaltan el arte, la belleza y el poder de lo natural.Nacida en Trujillo, Venezuela, la comunicadora y joyera de profesión, ahora viviendo en Barcelona, España, transmite lo que ella llama “una herencia ancestral que la lleva a hacer ciertas cosas y que estas no tienen que responder a un por qué” a través del trabajo manual de piezas y accesorios con un enfoque de responsabilidad y respeto por la naturaleza y el mundo.
Personalmente, reconozco que Nathaly Duran es una mujer inspiradora. Una soñadora del mundo como yo, un alma curiosa que se mueve y trabaja por los orígenes, la historia y los viajes. En sus palabras: “la inspiración llega mucho a través de los sentidos, pero no hay que andar buscándola, es cuestión de estar atentos, de oír, ver, tocar, probar. Es difícil conseguir la inspiración en un solo elemento”. Así nace y se crea su propósito de preservar las raíces, valorar de donde provienen y reinventar lo que existe para poder conseguir que los dos anteriores se mantengan para las futuras generaciones.
A pesar de considerarse alguien nuevo en el mundo de la joyería, su trayectoria e historia inició en Caracas desarrollando piezas en el Centro de Arte Inventarte. Poco después, al emigrar a Quito, Ecuador, se sumergió en la experiencia de la Escuela de Joyería Casa de América donde no solo aprendió lo esencial de la joyería, sino que además aprendió a reconocer y respetar los materiales, las culturas y las raíces de los pueblos latinos. Su carrera siguió creciendo a partir de su curiosidad y motivación personal por aprender a trabajar en materiales como porcelana fría, telas e incluso con metras y su más reciente creación, joyas con piedras elaboradas de papel reciclado.
Su curiosidad por experimentar la sostenibilidad en sus piezas nace un invierno. Una época fría donde todo parece dormido, pero donde una vez más, Nathaly logra que lo cotidiano del frío reviva a través de la imaginación y la creatividad. Su objetivo era crear una masa lo suficientemente sólida que pudiera simular una piedra y allí es donde a través de la reutilización de cartones de huevos, empieza a experimentar la sostenibilidad. En lo cotidiano encontró una forma de simular no solo piedras preciosas, sino también los ritmos de la naturaleza a través de un ejercicio de paciencia donde debió esperar 72 horas para que secaran para poder usarlos.
Después de varios intentos fallidos, el papel y la diseñadora lograron crear la Colección Rumi, que “en lenguaje indígena Quechua significa ¨Roca¨, piezas con dimensiones mayores con relación a las otras que realizo”. Así, Nathaly Duran agrega un valor nuevo al papel, le da protagonismo en sus piezas y expresa “el ciclo de vida, habla de las posibilidades que están en lo que para otros pueden ser desechos”.
Aún así, Nathaly Duran entiende que “la joyería es un arte, pero pertenece a la industria de la minería y no es un secreto el daño que esta causa a los ecosistemas. Ahí entran en juego la creatividad y los valores de la marca”. Por eso de sus valores de vida, el reinventar es el que mayor importancia tiene sobre su trabajo. Un trabajo que no compromete la elegancia y la estética pues del arte y la creatividad siempre nace “una ventana que invita a la reflexión y la ejecución de acciones que sean coherentes con lo que se dice”.
Lo particular de la marca Nathaly Duran es que es la diseñadora quien se involucra de lleno en sus piezas desarrollándolas y trabajándolas. La diseñadora describe que las manos detrás de Nathaly Duran Joyería se involucra lo siguiente:
“Cuando quiero aprender una técnica nueva me aseguro de poder hacerla con lo que ya tengo y con las posibilidades que me ofrece el espacio en casa.
En ese aprender conocí a una persona con la que trabajo cada cierto tiempo, por ejemplo, cuando tengo que llevar a fundición de metales piezas que realizo en una técnica llamada cera perdida.
Maribel es esa persona, una señora que vive a las afueras de Barcelona, a ella la considero una maestra, y la maestría no está en saber, está en saber enseñar. Ella es gran aliada en este sentido, también tiene su taller en casa, solo que este es especializado para fundir el metal y transformar piezas de cera en plata, zapatero a su zapato”.
El futuro de Nathaly Duran sigue invitando a ver lo cotidiano cómo algo increíble y poderoso, a no dar por sentado el mundo que tenemos, a valorar las culturas y las raíces, y entender que todas nuestras acciones se conectan. Sus piezas serán motivo de conversación y por supuesto de acción, marcarán la diferencia y conectarán con las historias de quienes aprendan a llevarlas. Será una pieza que encontrará su lugar donde estén las sonrisas sinceras.
El poder del papel en la joyería de Nathaly Duran definitivamente resalta la importancia de reutilizar, preservar y respetar y nos recuerda que algo más que un estilo de vida, es una forma de valorar lo cotidiano.
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We can not take for granted the power of simplicity. It is a way to ignore the greatness and value of things. Oscar Wilde said that fashion is what makes fantastic the everyday, but for me the everyday becomes something fantastic when creativity and style are combined. Few are those who manage to create masterpieces from everyday things, few are those who dare to let their creativity fly and Nathaly Duran is one of those people who, in something as everyday as paper, managed to create fantastic pieces that highlight art, beauty and the power of nature.
She was born in Trujillo, Venezuela and became a journalist and jeweler whois now living in Spain and transmits what she calls "an ancestral heritage that leads her to do certain things and that don't need answers" through the manual work of pieces and accessories with an approach of responsibility and respect for nature and the world.
Personally, I think that Nathaly Duran is an inspiring woman. A dreamer of the world like me, a curious soul that moves and works through origins, history and travel. In her words: “inspiration comes a lot through the senses, but you don't have to go looking for it, it's a matter of being very careful and hear, see, touch, and try. It's difficult to get inspiration from just one element”. This is how its purpose is born and created to preserve the roots, value where they come from and reinvent what exists in order to ensure that the previous two are maintained for future generations.
Despite considering herself someone new to the world of jewelry, her career and history began in Caracas developing pieces at the Inventarte Art Center. Shortly after moving to Quito, Ecuador, she immersed herself in the experience of the Casa de América Jewelry School where she not only learned the essentials of jewelry, but also learned to recognize and respect the materials, cultures and roots of the Latin people. Her career continued to grow from her curiosity and personal motivation to learn to work with materials such as cold porcelain, fabrics and her most recent creation, jewelry with stones made from recycled paper.
Her curiosity to experience sustainability in her pieces was born one winter. A cold time where everything seems asleep, but where once again, Nathaly managed to bring the daily cold to life through imagination and creativity. Her goal was to create a dough solid enough that she could simulate a stone and that is where through the reuse of egg cartons, she begins to experience sustainability. In everyday life she found a way to simulate not only precious stones, but also the rhythms of nature through an exercise of patience where she had to wait 72 hours for them to dry before she could use them.
After several unsuccessful attempts, the paper and the designer managed to create the Rumi Collection, which "in Quechua indigenous language means ¨Stone¨, pieces with larger dimensions in relation to the others I make." Thus, Nathaly Duran adds a new value to paper, gives it prominence in her pieces and expresses "the life cycle, it speaks of the possibilities that are in what for others may be waste."
Still, Nathaly Duran understands that “jewelry is an art, but it belongs to the mining industry and the damage it causes to ecosystems is not a secret. That's where creativity and brand values come into play ”. That's how from her life values, reinventing is the one that has the greatest importance over her work. A work that does not compromise elegance and aesthetics, since art and creativity are always "a window that invites reflection and the execution of actions that are consistent with what is said."
The particular thing about the Nathaly Duran brand is that it is the designer who is fully involved in her pieces, developing and working on them. The designer describes that the hands behind Nathaly Duran Jewelry as:
“When I want to learn a new technique, I make sure I can do it with what I already have and with the possibilities that the space offers me at home.
In that learning I met a person with whom I work from time to time, for example, when I have to cast pieces of metal that I make in a technique called lost wax.
Maribel is that person, a lady who lives on the outskirts of Barcelona, I consider her a teacher, and mastery is not in knowing, it is in knowing how to teach. She is a great ally in this sense, she also has her workshop at home, only this is specialized to melt metal and transform pieces of wax into silver, shoemaker to her shoe ”
The future of Nathaly Duran continues to invite us to see the everyday as something incredible and powerful, to not take the world we have for granted, to value cultures and roots, and to understand that all our actions are connected. Her pieces will be a reason for conversation and of course, for action, they will make a difference and connect with the stories of those who learn to wear them. It will be a piece that will find its place where sincere smiles are.
The power of paper in Nathaly Duran jewelry definitely highlights the importance of reusing, preserving and respecting and reminds us that more than just a lifestyle, it is a way of valuing the everyday.
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